FIRST IMPACT #7 – Lenguas que se plantan · Barcos que curan · Ventanas solares · Moda que fermenta · Periodismo ambiental
Cinco innovaciones reales que unen inteligencia artificial, sostenibilidad y cultura: desde energía solar en ventanas hasta cuero hecho de cerveza, pasando por bosques que enseñan lenguas y periodismo
Pensar también cuesta…
El otro día, le hice una pregunta a ChatGPT. Una tontería, nada urgente.
Mientras esperaba la respuesta, me quedé mirando ese puntito que parpadea… Ese que parece decir “estoy pensando”.
Y el que pensó fui yo… Qué fácil nos hemos acostumbrado a tratar la inteligencia artificial casi como si fuera aire. No pesa… no duele… no deja rastro.
Pero lo deja. Y no es pequeño.
Te comparto algunas cifras: según el Departamento de Energía de EE.UU., para 2030 los centros de datos que alimentan la IA podrían consumir entre 85 y 134 TWh (mil millones de kilovatios hora) al año — más electricidad que países enteros como Argentina, Suecia o Países Bajos.
Y eso solo de energía… ¿Y de agua?
Peor. Entrenar un solo modelo de lenguaje a gran escala puede necesitar más de 700.000 litros de agua dulce. Lo necesario para abastecer a una familia de cuatro personas durante aproximadamente cuatro años. Todo eso… para que una máquina aprenda a predecir mejor nuestras palabras.
Lo más preocupante es que nunca vemos la factura.
No hay un contador que se active cuando pedimos crear una imagen más, cuando reentrenamos un modelo, o cuando queremos reformular la pregunta "por si no me ha entendido".
Hace unas semanas explotó el caso del Studio Ghibli. Miles de personas creando sus avatares "inspirados" en Miyazaki (que, entre tú y yo, en pocos días se hizo hasta pesado…). Lo que nadie comentaba, más allá de la nula privacidad y la cesión de los derechos de tu imagen, es que detrás de cada caricatura, había miles de servidores consumiendo energía día y noche para crear nuestro capricho, probablemente en regiones donde más del 60% de la energía todavía se genera de quemar combustibles fósiles. Pero nadie habló de eso…
¿Hay alternativas? Sí. Y por suerte, empiezan a tomar forma.
Modelos más pequeños entrenados con menos energía, o dicho de forma técnica, la “destilación de modelos” (model distillation) que consiste, de manera simplificada, en que un modelo grande y complejo (“teacher”) entrena a un modelo más pequeño, más compacto y más eficiente(“student”) a que aprenda a imitar su comportamiento. Código y algoritmos más verdes, que prioricen la eficiencia sobre los costes. O incluso despliegue de proyectos o prototipos en regiones que se sustentan con energía 100% renovable.
Decisiones pequeñas que, juntas, podrían cambiar el mapa.
Entonces la pregunta ya no es si la IA tiene potencial. Eso ya lo sabemos.
La pregunta es si vamos a construirla bien. O si vamos a repetir con silicio los mismos errores que ya cometimos con el carbón, el plástico o el petróleo.
Quizás el próximo gran avance no sea un modelo más grande.
Quizás la clave esté en hacer lo mismo… pero con menos.
Una IA que no solo sea más inteligente, sino más responsable.
Hablemos de tecnología, sí. Pero también de naturaleza, agua, aire y materia.
Ahora sí.
Bienvenid@ a la edición #7 de First Impact.
🌳 Barnamala Udyan: el lenguaje que se planta
ODS 4 – Educación de calidad | ODS 11 – Ciudades y comunidades sostenibles
Cada dos semanas, una lengua desaparece en el mundo.
Con ella, se apaga una forma de mirar el tiempo, nombrar las estaciones o bendecir a un hijo.
No siempre mueren con violencia. A veces simplemente se dejan de usar.
En el distrito de Nabarangpur, al sur de Odisha (India), un pequeño bosque está intentando que eso no ocurra con el odia, una lengua hablada por más de 30 millones de personas pero cada vez más desplazada por el hindi y el inglés.
Se llama Barnamala Udyan.
Y no es solo un parque. Es un alfabeto sembrado.
Cada una de sus 28 hectáreas está pensada como una herramienta viva para conservar biodiversidad y memoria. A lo largo del terreno, cada árbol representa una letra del alfabeto odia, y el trazado del parque replica la forma del mapa de la India.
La iniciativa forma parte del programa estatal “Increasing Green Cover”, y ha plantado más de 12.000 árboles de 160 especies diferentes. Pero su objetivo va más allá de la reforestación. Busca que niñas y niños aprendan el alfabeto recorriéndolo. Tocándolo. Que la lengua no solo se repita, sino que se camine. Una estrategia de conservación del patrimonio lingüístico y ambiental.
¿Qué enseña este espacio?
Que la lengua y la tierra no son cosas separadas.
Que alfabetizar puede ser también reforestar.
Y que las lenguas, como los ecosistemas, no desaparecen de golpe.
Se descuidan.
Y también se pueden cuidar.
🪟 Cuando la luz trabaja en silencio
ODS 7 – Energía asequible y no contaminante | ODS 11 – Ciudades y comunidades sostenibles
Imagina que cada ventana de tu ciudad generara energía.
Sin placas solares. Sin alterar fachadas.
En Corea del Sur, investigadores de Icheon National University han desarrollado células solares transparentes que pueden integrarse en ventanas de edificios sin bloquear la luz ni alterar la estética. A simple vista: cristal. Por dentro: células solares de próxima generación que capturan la energía invisible.
¿Cómo funciona?
La clave está en materiales semiconductores como el dióxido de titanio (TiO₂) y el óxido de níquel (NiO), que absorben principalmente la luz ultravioleta — invisible al ojo humano — y permiten el paso de la luz visible. Esto significa que es posible ver a través del vidrio mientras se genera electricidad al mismo tiempo.
Aunque su eficiencia actual es del 2.1%, su transparencia supera el 57%, lo que las hace ideales para aplicaciones en fachadas, ventanales, estaciones de tren, edificios gubernamentales y escuelas. Lugares donde ya hay cristal, y que podrían empezar a generar energía sin cambiar de forma.
A veces, basta con mirar por una ventana… para saber que algo está cambiando.
🚤 Healing boat: el barco que cura el agua
ODS 6 – Agua limpia y saneamiento | ODS 13 – Acción por el clima
No todos los héroes tienen casco. Algunos tienen sensores, paneles solares… y flotan.
Nos quedamos en Corea del Sur. Esta vez en el lago Yeoncho.
Aquí, una embarcación autónoma recorre cada amanecer las aguas turbias como si fuera una criatura biomecánica.
Se llama Healing Boat y su misión no es navegar. Es purificar.
Impulsado por energía solar e inteligencia artificial, este barco sin capitán, de la empresa surcoreana Ecopeace, es capaz de filtrar hasta 2,5 millones de litros de agua al día. Además, está acompañado por pequeños robots acuáticos auxiliares que limpian entre 100.000 y 500.000 litros adicionales, trabajando en red como si fuesen remoras.
Pero no es solo tecnología.
Es también una experiencia.
Más allá de su función purificadora, esta embarcación ofrece visitas guiadas educativas durante el día y se transforma en un espacio gastronómico flotante por la noche, integrando sostenibilidad y ocio en una sola plataforma.
Contarte que este proyecto ha sido reconocido internacionalmente, siendo galardonado con el CES Innovation Award 2025 en la categoría de Smart Cities .
Porque en un mundo donde los ríos se asfixian y los lagos se pudren, este barco no es una solución total, pero sí una señal: que podemos usar IA y energía renovable no para explotar más, sino para reparar lo dañado.
🍺 Moda que fermenta
ODS 12 – Producción y consumo responsables | ODS 9 – Industria, innovación e infraestructura
¿Te acuerdas de las zapatillas hechas de vino que te conté?
Hoy hablamos de la CERVEZA!
Arda Biomaterials, una startup con base en Londres, está transformando los residuos de la industria cervecera —concretamente el Brewers’ Spent Grain, la malta que sobra tras la fermentación— en cuero vegetal biodegradable, sin aditivos tóxicos ni polímeros sintéticos.
¿El proceso? Química supramolecular.
Una técnica que no “pega” moléculas, sino que las organiza como si fueran piezas de LEGO a escala nanométrica: proteínas y fibras vegetales que se reconfiguran hasta formar un material denso, maleable y duradero.
El resultado:
Tiene la textura y resistencia del cuero, pero sin animales ni petróleo.
Es transpirable, flexible y apto para moldes industriales.
Y lo más importante: se fabrica a partir de algo que el sistema considera basura.
Solo en Reino Unido, se generan más de 250.000 toneladas anuales de este residuo. Hoy se usa principalmente como pienso o abono. Pero con esta tecnología, podría alimentar una industria textil que lleva años buscando alternativas sostenibles reales —sin sacrificios de calidad, ni precios imposibles, ni greenwashing encubierto.
🤖 AEJIM: la IA que vigila mientras dormimos
ODS 13 – Acción por el clima | ODS 16 – Paz, justicia e instituciones sólidas
Por último, te pido que te imagines algo…
Un vertido tóxico en un río remoto.
Donde nadie avisa. Donde nadie actúa. Y el daño se extiende.
Seguramente una realidad hoy en día, pero quizás sea algo del pasado dentro de poco.
Te presento el modelo AEJIM (Artificial Intelligence Journalism Integration Model), creado por el investigador Torsten Tiltack: una IA que no solo detecta peligros ambientales en tiempo real, sino que explica cómo los encontró y genera reportes en minutos, no días.
Te cuento algunos datos de lo que vio en solo 72 horas:
— 50 vertederos ilegales ignorados por los satélites
— 12 cambios de coloración en aguas fluviales por contaminación química
— 8 áreas de deforestación temprana antes de que fueran noticia
Todo mientras los humanos dormíamos.
¿Cómo lo hace? Combinando visión computacional, verificación comunitaria y periodismo “automatizado”:
VE: analiza miles de imágenes geolocalizadas (precisión: 85,4%).
VALIDA: cruza datos con expertos humanos (concordancia: 89,7%).
ACTÚA: emite alertas y reportes preliminares.
EXPLICA: usa IA explicable (XAI) para mostrar por qué detectó lo que detectó.
En el caso del río Namyang, la plataforma NamicGreen identificó un vertido químico en solo 6 horas. Sin AEJIM, habría tardado cinco días. El ecosistema no habría tenido tiempo. Porque en un mundo que se destruye más rápido de lo que podemos narrarlo, necesitamos tecnología que no solo vea.
Que se entienda. Que se explique. Y que actúe.
Para cerrar…
Os dejo esta nueva edición con cinco nuevos proyectos que me parecía interesante contarte, donde lo revolucionario no es su tecnología, sino su filosofía: la idea radical de que innovar puede significar reparar en lugar de extraer.
Tal vez el verdadero progreso no vaya de hacer cosas grandes, sino con sentido.
Y diseñar un futuro que también sea capaz de cuidar. Y de reparar.
Gracias por seguir leyendo. Nos leemos en la próxima edición.
Te mando un abrazo. Cuídate!
– Óscar
📚 PD: Este mes, si te animas con una novela, te recomiendo “Soy Pilgrim”.
Una historia de espionaje global que se lee como si el mundo dependiera de cada página. Porque igual sí…




